jueves, 18 de junio de 2009

LOUIS PASTEUR


Nació el 27 de diciembre de 1822 en Dôle (región de Jura, Francia). Su padre había sido soldado de Napoleón, pero después de dejar el ejército puso una curtiduría, donde transcurrió la infancia del pequeño Louis. De joven, no fue un estudiante prometedor; de hecho, si demostraba alguna aptitud especial, era la pintura. Su primera ambición fue la de ser profesor de arte. En 1842, tras ser maestro en la Escuela Real de Vejancòn, obtuvo su título de bachillerato, con calificación "mediocre" en química. Tras licenciarse y asistir a las lecciones del gran químico francés Jean-Baptiste Dumas, comenzó a interesarse por la química. A pesar de esos principios desfavorables en la química, Pasteur se empeñó en que la química se convirtiera en el trabajo de su vida. En pocos años, el estudiante "mediocre" dirigió un programa de investigación que le dio fama internacional.
Fue profesor de química y decano en Lille (1854 - Université Lille Nord de France). Allí se interesó por los problemas de la industria del vino, que perdía cantidades enormes de dinero como resultado del deterioro de sus existencias. Además, en 1857 desempeñó el cargo de director de estudios científicos de la Escuela Normal de París, cuyo laboratorio dirigió a partir de 1867.

Contribuciones en la química orgánica [editar]
Descubrió el dimorfismo del ácido tartárico, al observar al microscopio que el ácido racémico presentaba dos tipos de cristal, con simetría especular. Fue por tanto el descubridor de las formas dextrógiras y levógiras que desviaban el plano de polarización de la luz con el mismo ángulo pero en sentido contrario.
Este hallazgo le valió al joven químico la concesión de la Legión de Honor Francesa, con sólo 26 años.
En 1854 fue nombrado decano de la Facultad de Ciencias en la Universidad de Lille.

Pasteurización

Estudio de microbiología de Pasteur
Algunos de sus contemporáneos, incluido el eminente químico alemán Justus von Liebing, insistían en que la fermentación era un proceso químico y que no requería la intervención de ningún organismo. Con la ayuda de un microscopio, Pasteur descubrió que, en realidad, intervenían dos organismos -dos variedades de Levaduras- que eran la clave del proceso. Uno producía alcohol y el otro, ácido láctico, que agriaba el vino.
Utilizó un nuevo método para eliminar microorganismos que pueden degradar al vino, la cerveza o la leche, después de encerrar el líquido en cubas bien selladas y elevando su temperatura hasta los 44 grados centígrados durante un tiempo corto. A pesar del rechazo inicial de la industria ante la idea de calentar vino, un experimento controlado con lotes de vino calentado y sin calentar demostró la efectividad del procedimiento. Había nacido la "pasteurización", el proceso que actualmente garantiza la seguridad de numerosos productos alimenticios del mundo.

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